La obsesión con la relación precio/duración

Es comprensible pensar que un producto de entretenimiento debe ofrecer no sólo calidad, sino también cantidad. Especialmente en el caso de los videojuegos, que suelen costar unos 60 euros de salida, muchos usuarios creen que una obra debe durarles un mínimo de horas para que su compra merezca la pena. Pero a menudo la ecuación no es tan sencilla, hay muchos valores a tener en cuenta para determinar si un videojuego vale su precio, y por supuesto, siempre dependerá del punto de vista subjetivo de cada usuario.

Super-Mario-Bros-3

Si de verdad consideramos a los videojuegos como un nuevo medio creativo y artístico, donde hay autores involucrados y decisiones artísticas, debemos tolerar que decidan la medida justa de su obra del mismo modo en que toleramos cortometrajes o libros de poesía. La variedad de experiencias debería ser lo más importante, y es algo que ciertamente estamos perdiendo. Así como hace décadas nadie se cabreaba porque las entregas de Super Mario Bros. durase solo un puñado de horas, o que el primer Metal Gear Solid durase unas 12 -incluyendo cinemáticas-, debemos empezar a ser más tolerantes con este tipo de juegos también en la actualidad.

El ritmo es mucho más importante que la duración a la hora de contar historias. Esto supone un problema ya que muchos equipos sienten que tienen la responsabilidad de meter con calzador, o incluso de alargar las historias con misiones de relleno que no aportan nada a la experiencia. Quizá debamos empezar a ser más tolerantes con aquellos juegos que deciden centrarse solo en su faceta de un jugador, fuera de la escena indie. En los últimos años ha habido pocas ofertas de este estilo, destacando probablemente juegos como Metal Gear Rising, The Evil Within, Alien Isolation, Bayonetta 2 o el recientemente estrenado Quantum Break -que ya he terminado en unas 10 horas-. Obras que se juegan el todo por el todo en la potencia de escenas y eventos, su personalidad, y su jugabilidad. Porque, admitámoslo, muchos de esos juegos que se jactan de durar cientos de horas están llenos de encargos repetitivos y de relleno.

Quantum Break Xbox One Joyce close-up

Jack Joyce, protagonista de Quantum Break.

Los videojuegos son un medio joven que todavía debe madurar y encontrar su lugar. Por supuesto, este es un hobby caro, y por esta razón los jugadores debemos votar con nuestras carteras. Tenemos la responsabilidad de premiar a aquellas obras que tengan personalidad y prueben cosas nuevas, y de castigar a aquellas que sean un simple sacacuartos y que sigan modas de desarrollo contemporáneas.

Si un juego os llama pero no tenéis dinero, haced lo que sea necesario para disfrutarlo: compradlo en digital a medias con un amigo, esperad a una rebaja, o incluso recurrid al mercado de segunda mano. Porque lo que más daña a una obra no son sus defectos, es ser olvidada.

Nagato

Jugador empedernido. Amante de los juegos de ciencia-ficción y las aventuras gráficas.

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