El clásico del Jueves: Shadows of Rome

Nueva semana. Nuevo clásico. Nueva aventura y un pedazo de juego. Amantes de la acción, el sigilo, el gore y la sangre, mucha sangre, hoy es vuestro día. Esta semana, en el clásico del jueves os traemos Shadows of Rome.

AVISO: Antes de continuar, es mi deber informar que este juego era, y es, extremadamente violento. En este texto se especifican muchas de esas acciones violentas pues forman parte del análisis del mismo. Por favor, si eres sensible, deberías dejar de leer.

Seguro que si digo el nombre de Agripa, no les sonará a demasiadas personas. Si empezamos hablando de Octavio Augusto, quizá si lo conozcamos algo más (gracias LOGSE, o LOE, o… bueno, ya sabéis). Pero si hablamos de Julio César, ese sí, ¿verdad?

La trama

Pues así empieza esta historia de traiciones, asesinatos, espionaje, investigación y gladiadores. Shadows of Rome, lanzado en el año 2005, y de la mano de Capcom, nos situaba en el año 44 a.C. Julio César, conquistador de la Galia, yace muerto tras recibir la friolera de 23 puñaladas. En un charco de sangre, con la mano en el vientre, pronuncia las palabras mágicas para todo historiador: “Et tu, Brute?”.

Mientras, en la fría Germania, aún dominada una pequeña región por los bárbaros, nuestro personaje principal, Agripa, centurión de las legiones romanas, se encuentra en mitad del asalto a un campamento germano.

La guerra contra los germanos termina y Agripa regresa a la ciudad eterna donde se encontrara con Octavio, hijo adoptivo del propio Julio César, que ha comenzado su propia investigación para descubrir a los artífices tras la muerte de Julio César.

Con ambos personajes en la ciudad, el heredero al trono de Julio César, Marco Antonio, anuncia que el asesino del emperador ha sido hallado. Vipsanio, padre de Agripa, es sentenciado a muerte. Una muerte que se ejecutará a manos del ganador de un torneo de gladiadores en honor al difunto romano.

En ese momento, ambos personajes principales deciden actuar. Octavio, con la ayuda de Pansa, un viejo espía al servicio de Roma, prosigue con su investigación, atando los cabos sueltos que se deshilachan en medio de la trama. Por su parte, Agripa, opta por el camino de la sangre, uniéndose a una escuela de gladiadores con el fin de alcanzar la gloria del torneo y proteger a su padre en la gran final.

Análisis

Shadows of Rome, como ya hemos dicho, es un juego que se lanzó en el año 2005 bajo el sello de Capcom. Solo funcional en Playstation 2, Shadows of Rome ofrecía un apartado gráfico en la media de lo que obtuvimos en aquella generación, con un nivel sonoro y musical aceptable, rozando el aprobado.

Implementaba de forma muy coherente y satisfactoria los momentos de sigilo, todos albergados en la rama de la historia de Octavio. Contaba con escasas mecánica y, tras varias misiones y salvo sorpresas, estas misiones acababan convirtiéndose en algo bastante repetitivo. Ojo, repetitivo, que no aburrido, puesto que el juego conseguía crear alrededor del jugador la atmosfera perfecta para mantener la tensión que esos momentos precisaban.

Además, en esta rama de la historia teníamos la posibilidad de visitar algunos lugares de Roma, siendo el principal centro neurálgico el mercado, donde podíamos adquirir desde comida y alfombras hasta una pequeña cria de tigre que podíamos tener en casa y verla jugar y que acabarían desbloqueando algunos extras.

Pero, donde residía la materia del juego, todo su potencial, era en la historia de Agripa. El ludus de gladiadores se convertía en nuestro hogar. Teníamos nuestro propio compañero de celda y podíamos pasear por el mismo tanto como se nos antojase (recordáis Gladiator, pues más o menos igual). Podíamos ver a los gladiadores hacer su día a día. Desde aguardar la cola para recibir la comida en una mugrienta sala hasta los entrenamientos en el patio del recinto. Y, por supuesto, alguna que otra visita a la enfermería.

Las arenas del imperio esperaban. Visitando distintas regiones, de norte a sur, enfrentándonos a enemigos muy variados y con un amplio armamento. Los teníamos grandullones, normalitos y pequeñitos, fieras, arqueras, incluso carreras de cuadrigas.

Los escenarios eran variados. Helados llanos donde las cuchillas hacían trizas los marchitos cuerpos. Trampas de fuego, pinchos y, por supuesto, jefes finales que se movían desde el combate físico y una fuerza sobrenatural, hasta el control de animales.

Todo ello, bajo la atenta mirada del público, amo y señor (Ganate a la plebe, que diría aquel). Mediante una barra medidor, podíamos ver si lo que hacíamos les gustaba o no. Las muertes simples inspiraban bostezos pero, con una cimitarra en las manos, el populacho se ponía en pie.

Cada miembro amputado era motivo de júbilo. Cada soldado moribundo, desangrándose por varias partes del cuerpo que recibía el tajo final (si era una decapitación, mejor), tenía por respuesta el atronador grito de la gente allí reunida. Cuando el medidor subía, Agripa podía llamar su atención, ganarse su favor, que se correspondía con la caída a la arena, desde la grada, de una alabarda, una espada, una maza gigante (¿quién controlaba el acceso?) o algún trozo de carne o pan con el que recuperar la vida.

Y así, íbamos avanzando en ambas historias hasta que regresábamos nuevamente a Roma, para la final de las finales. El último combate en la arena nos otorgaba la libertad. Recuperábamos nuestro estatus como centurión mientras que las investigaciones de Octavio sacudían toda la política romana dejándole a él como nuevo César.

Finalmente, todo se acababa decidiendo en una batalla que se realizaba en barcos, pero nada tenía de naval, en la que debíamos abrirnos paso hasta Marco Antonio, principal responsable tras el complot para matar a Julio César.

Consejos

No penséis que este juego era sencillo de completar. Ni por asomo. Como aún es posible hacerse con él a través de algunos emuladores, o si aún posees una PS2, he aquí algunos consejos que te dejamos.

Vía Octavio

  • Cada misión tiene sus objetos que te la harán más fácil. Distracciones, armas o atuendos. Estate atento a cada rincón.
  • Mantén los oídos abiertos. Los guardias bostezan, exclaman y patrullan. El sonido metálico de las botas es un buen sistema para mantenerte lejos.
  • Busca y vuelve a buscar cada moneda en el juego. Obtener todos los objetos de mercado te será de mucha ayuda.
  • No dejes cuerpos por medio. Octavio no puede matar a nadie, pero si incapacitar. Procura ocultar a esta gente para que, cuando despierten, no sepan que ha pasado.
  • Ojo a despertar a los caídos. Si has dejado inconsciente a algún soldado, haz rápido lo que tengas que hacer. Despiertan antes que el resto y son muy susceptibles a los ruidos.

Vía Agripa

  • El conocimiento del combate puede llevar su tiempo. Entre cuanto te sea posible. Para ello, no es mala idea dejar a un único enemigo moribundo y mientras tanto practicar con las armas.
  • Cuidado con las fieras. Suelen esquivar todos tus tajos. Las estocadas de una gladius son una buena opción contra ellos.
  • Aprovecha el entorno. Si ves una pared con trampas, o puedes activarlas tú mismo, aprovechalas. Es una buena forma de subir el clamor del público y de librarte de enemigos peligrosos.
  • Del mismo modo, los elementos del escenario que a simple vista te pueden complicar la labor, son una buena ayuda.
  • Cuidado con los enemigos de tamaño pequeño. Sus golpes son más débiles pero darles puede ser todo un reto.
  • Aprovecha las armas del enemigo. Es posible que a tu primer combate salgas sin armas o con alguna que no te guste. Aprovecha lo que suelten.
  • En los combates por equipos, ayuda a tus aliados. Un aliado vivo no ayuda, pero estorba. En cambio, si están muertos, pues eso.
  • Como legionario, confía en los escudos. Te sacarán de más de un apuro.
  • Los arqueros son el objetivo principal. Un arquero bien ubicado puede acabar con tu guardia y provocar una muerte prematura.

 

Eso es todo por hoy. Nosotros seguimos esperando una continuación o, ya puestos y vista la moda de los últimos tiempos, una remasterización. Pero, mientras que eso se cumple, seguimos estando atentos al mundo de los videojuegos, aquí, en MuchoGamer.

Alfonso Barona

He aqui un escritor, administrativo, game tester y programador. Desde los dos años estoy liado con esto que son los videojuegos, empezando con una sega que ya ni recuerdo el modelo. Y de momento por aquí seguimos. Y que dure.

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