Análisis The Aquatic Adventure of the Last Human
Antes que nada, decir que esta ha sido una de las mayores sorpresas indies que he tenido la oportunidad de analizar desde que cree MuchoGamer. Ya me llevé buenas sorpresas con juegos como Kingdom, pero sin duda The Aquatic Adventura of the Last Human (que nombre más largo pero al mismo tiempo tan claro y significativo) ha sido toda una sorpresa. Ya lo dije alguna vez y lo vuelvo repetir, casi todos los juegos indies que tienen pixel art para mí ya desprenden ser especiales e increíbles. Sí, es obvio que esto es una generalización muy grande, pero desde el boom de los títulos indies casi todos los juegos pixel art que he tenido la ocasión de jugar han sido excelentes, aunque bueno, me viene a la mente HassleHeart que estaba bien pero nada muy destacable.
Universo acuático post-apocalíptico
En The Aquatic Adenture of the Last Human nos veremos envuelto en uno de los escenarios imaginarios más increíbles que he tenido la ocasión de ver en un videojuegos pixel art. Su ambientación es simplemente increíble, mezclando dos elementos tan vistos e impactantes como es el mundo sub-acuático y la temática post-apocalíptica con excelente maestría. Lectores y amigos, estamos ante uno de los videojuegos pixel art más bellos que he visto en cuanto a la representación de su universo.
Desde luego que el título del juego nos tilde como el último humano no es para nada un adorno. Realmente el juego sabe aportar con destreza esa sensación de soledad y el vernos insignificantes en el basto universo acuático. Leeremos continuos mensajes repartidos por el juego, de cómo había acabado así la civilización, los conflictos, las guerras, la contaminación, tratando esos temas que en conjunto y en abuso puede llegar no solo a extinguir nuestra especie, sino incluso destruir nuestro planeta. Cada uno de los mensajes que trata el juego se pueden ver descritos con tan solo visualizar los escenarios por los que pasamos, pero además habrán mensajes olvidados que podremos leer e indagar mejor en cómo acabó nuestra civilización, eso sí, en completo inglés.
Sentirnos completamente descolocados e insignificantes en ese gigantesco ambiente submarino es una de las fuertes sensaciones del juego. Es muy fácil sentirse pequeños al ver que cualquier pez común es mayor que nuestro submarino, así que las demás criaturas como ballenas y demás nos pueden ver tal y como nosotros vemos a un mosquito.
Sin duda lo que más me ha encantado de este título es la paz y tranquilidad que transmite mientras nos adentramos más y más en ese gran océano marino. Lo que me ha parecido curioso es cuando nos adentramos en zonas tranquilas pero oscuras y devastadas, trae una sensación de tranquilidad desagradable. La banda sonora es increíble, y a mi parecer ofrece una experiencia tan satisfactoria como Hotline Miami solo que esta vez usando el efecto contrario, la relajación y tranquilidad. Pero ahí no queda mi satisfacción favorita, porque este es el juego que te puede hacer pasar de estar relajado en la cama con la mente en blanco, a estar directamente en un puta guerra por tu supervivencia: hablemos de la jugabilidad.
Metroidvania marino
Me encanta que hayan basado su jugabilidad en el aspecto Metroidvania, ese conocido por tener total libertad para movernos por el escenario y que fomenta la exploración. De hecho, le sienta genial que uno de sus mejores aspectos jugables sea la exploración, entra como anillo al dedo a la narrativa y ambientación que pretende darnos a conocer el juego. También beneficia mucho a esa jugabilidad relajada de las que os hablé y que nos permite llegar a un nivel de tranquilidad pocas veces visto. No hay casi ningún enemigo mientras recorremos los escenarios, pero sí peces y demás seres marinos que no son hostiles, aunque podemos matarlos si nos place como nuestra propia naturaleza humana y el amor por la destrucción nos incita, especialmente en los videojuegos.
Tras pasar esos momentos de exploración, paz y tranquilidad, llega esos momentos en los que la pesadilla se cierne ante nuestra relajada mente en blanco. Llegan los jefes. Aquí es cuando volvemos a la realidad y nos enfrentamos cara a cara con un mundo hostil, en el que nosotros no somos más que el insignificante superviviente restante. Los jefes son sencillamente bestiales, tanto en su tamaño como dificultad. Perder frente a ellos es algo tan común que podría poner a este juego literalmente en mi top de títulos más difíciles. Desde luego parece que estoy en racha en juegos difíciles con este título y los recientes Volggar The Viking y Downwell que analicé, todos títulos que pondría tranquilamente en el top de juegos más difíciles que he jugado en la última década.
En serio, cuando digo que es difícil, es porque lo es, y mucho. He llegado a leer análisis del juego en Steam que dice que la dificultad está desequilibrada y es desesperante, y en parte se podría decir que sí. Digo en parte porque la dificultad no es para todos los jugadores. A diferencia de Volggar The Viking, este no es un simple juego de ensayo error que se basa su dificultad en la memorización de momentos que puedes atacar, momentos que debes evitar ataques, saber los patrones de los jefes… Volggar basaba toda su jugabilidad y dificultad en eso. Aquí es mucho más diferente y exigente, ya que a pesar de que algunos enemigos sí disponen de patrones, en general los ataques son “aleatorios”. Con esto quiero decir que verás infinidad de mierdas en pantalla dirigiéndose a ti dispuestas a matarte, no serán basura en línea recta que si sabes dónde situarte las evitas, todo lo contrario, estas irán directo a por ti estés donde estés, ahí es donde erradica la dificultad, ser extremadamente difícil de manera imprevesible. Todo esto lleva a que solo lo puedan superar jugadores realmente habilidosos, no los que mejor memoricen los movimientos. Es todo un puto magnífico reto, pero más satisfactorio que cualquier maldito Souls o incluso que el jodido Volggar The Viking, en el ámbito de dificultad-satisfacción, claro.
Dicho todo esto, el único reto del juego son los jefes, no hay casi nada que nos pueda matar o dificultar la vida mientras exploramos, tan solo pequeños obstáculos muy de vez en cuando. Lo interesante es que ante cada jefe estos nos aportarán alguna habilidad, accesorio o mejora; como un arma nueva, un nuevo turbo y demás, que bien nos puede permitir avanzar a X zona o poder hacer frente a X jefe que no podíamos matar antes. Esa es otra, al ser Metroidvania podemos enfrentarnos a jefes que sin ciertas ventajas se vuelven todavía más endiabladamente difíciles, al punto de ser casi imposible matarlos.
Todos los jefes están muy bien logrados, son extremadamente diferentes entre sí, muy variados y enciman tienen mensajes simbólicos sobre el lo que busca transmitir el juego en cuanto a la raza humana y sus grandes defectos que han devastado al mundo.
Conclusión
The Aquatic Adventure of the Last Human puede ser de los juegos más bellos que he visto en pixel art junto a Kingdom. Su universo acuático con temática post-apocalíptica es simplemente brillante en cuanto a su ambientación y las sensaciones que estas aportan al jugador: el sentirnos solos, insignificantes y al mismo tiempo relajados en un mundo de tranquilidad sin humanos, y todo ello mezclado con el elemento de exploración estilo Metroidvania. Pero la experiencia que trae es de doble polaridad, porque sus obstáculos: endiablados jefes más difícil de lo que puedas imaginar, nos ofrecerá una experiencia tan traumática como satisfactoria a partes iguales, aunque si no eres un jugador habilidoso tal vez solo te quedes con la parte traumática. Los más hábiles sentirán la adrenalina y victoria de manera increíble y pocas veces vistas en los videojuegos.