Análisis The Witcher 3: Wild Hunt
En 1993 comenzó la aventura de Geralt de Rivia con El último deseo, primera obra de la saga creada por el autor polaco Andrzej Sapkowsk. La saga del brujo fue llevada a otros medios como a una serie de televisión o una película, pero no sería hasta 2007 que la veríamos en el mundo de los videojuegos con el primer título de CD Projekt RED. En él, nos situábamos bajo la piel de Geralt tras los sucesos del último libro, La dama del lago. En 2011 recibiríamos la segunda entrega del brujo, y ahora en 2015 tuvimos la épica conclusión de la saga que analizaremos aquí, en MuchoGamer.
Y el brujo volvió
Uno de los títulos más esperados de 2015 por la comunidad de jugadores llegaba a las tiendas en mayo, y ha sido un viaje épico y largo, pero ya tenemos su análisis. CD Projekt RED pone el broche de oro al cierre de la saga, a la despedida del brujo más conocido de los últimos años, Geralt de Rivia, con un videojuego memorable y que será uno de los máximos representantes del género en esta actual generación.
The Witcher 3: Wild Hunt trae consigo innumerables novedades, siendo el mundo abierto la más aclamada de todas ellas. Un control mejorado, una calidad visual irreprochable y una historia que prometía ser excelente y que no dista de serlo son otros de los puntos positivos del título. Esta tercera entrega nos vuelve a poner en la piel de Geralt de Rivia tras los sucesos de la segunda entrega, con la premisa de tener que encontrar a Cirilla de Cintra que está siendo perseguida por la Cacería Salvaje debido a su inmenso poder. Tras este telón de fondo se nos presentan personajes, ya conocidos por los lectores de la saga literaria, como Yennefer de Vengerberg o Emhyr var Emreis, emperador de la poderosa Temeria, así como otros ya conocidos de los videojuegos como Triss Merigold o Jaskier.
Adentrándose en la boca del lobo
La gran baza del título es su narrativa y la forma en la que se cuenta. Las dos anteriores entregas tenían una continuación más lineal, y al ser esta tercera entrega un mundo abierto tiene un ritmo más pausado y denso, pero que es la forma ideal de contar esta odisea en la que se embarca el brujo de Rivia. El juego se contextualiza en una guerra entre los distintos reinados que ansían tomar el poder, y los efectos de esta guerra los iremos notando, no solo en el mapeado, sino en las misiones y es que la guerra influirá mucho en los personajes. Las aventuras del brujo daban mucha importancia a la toma de decisiones, y esperábamos que al ser esta nueva entrega un mundo abierto tomaran mucho más importancia, y así fue. Las decisiones lo pueden cambiar todo, pero es que se apoya en el mundo abierto para que los efectos sean aún mayores, y es que en The Witcher 3: Wild Hunt no hay decisiones buenas ni malas, solo decisiones, y todas tienen sus efectos. Puede que una simple decisión, que a priori parecía poco fundamental, cambie todo el final de nuestra aventura sin que nosotros lo sepamos. Es algo que sin duda hace que el título sea muy rejugable.
Y es que hablando de duración, el título no se queda corto. La obra de los polacos cuenta con innumerables misiones secundarias, que si bien algunas fueron algo pesadas, había otras muy cuidadas y que seguían su propia trama, e incluso se conectaba con la narrativa de las misiones principales. Hay muchas tramas en las que podremos ser partícipes en este título. El cuidado de las misiones principales es maravilloso, el juego comienza lento para ir desarrollándose cada vez, y es que no diremos nada de la trama, pero las últimas horas del título es posiblemente la mejor parte de toda la saga.
Mención especial para los contratos de brujo, y es que no podían faltar. En el universo de Geralt, los brujos son mercenarios que cazan monstruos a cambio de una remuneración, y es que en esta tercera entrega ha sido adaptado de forma tan brillante que recuerda totalmente a los libros, y es que gusta mucho más que seamos nosotros mismos los que nos embaucamos en estos contratos de brujo. Otras mecánicas esenciales que usaremos durante todo el juego son los sentidos de brujo, poder sobrehumano que tiene Geralt con el que sus sentidos aumentan y puede ver lo que un simple ojo humano no podría. Algo que puede resultar pesado, es que sea necesario usar estos sentidos en la mayoría de misiones, por muy simples que sean.
El Geralt más poderoso de toda la saga
De poderes va la cosa (muy coloquial, cambio), y Geralt sigue teniendo esas señales tan características de la saga: Yrden, Quen, Axii, Igni y Aard. Con estas señales podemos hacer cosas como lanzar ondas de fuego o incluso crear un campo protector que protegerá a Geralt de ataques enemigos, algo que será de mucha utilidad en los niveles de dificultad más altos. Y hablando de dificultad, en The Witcher 3: Wild Hunt contaremos con hasta cuatro niveles de dificultad, siendo el cuarto una auténtica odisea para los jugadores más experimentados, mientras que los primeros niveles son recomendados para los iniciados de la saga o el género.
El combate era algo de lo más criticado en las anteriores entregas ya que era muy tosco, y aunque en la tercera entrega no es perfecto, es mucho más digno. Nos sentimos poderosos mientras controlamos a un Geralt que hace uso de sus espadas de plata y acero, además de esa ballesta tan útil mientras buceemos, y es que el combate es mucho más ágil y vertical, e incluso bloquear y contraatacar ya no es un sufrimiento. Hay que sumarle esos golpes viscerales que han añadido, y es que aunque la saga nunca se mostró vergonzosa ante la presencia de la brutalidad, en esta nueva entrega tendremos cabezas que van a rodar o brazos amputados; ¡nadie puede parar a gwynbleidd! También cabe añadir que con una de las últimas actualizaciones se han implementado numerosos nuevos movimientos con los que se consigue variar el combate aún más y aumentar el disfrute de combatir, algo a lo que le echaremos muchas horas… a no ser que seas un buenazo…
El juego es pura belleza, un mapeado muy variado en sí mismo con el que pasaremos horas admirando el paisaje y haciendo objetivos secundarios, como destrozar los nidos de monstruos o buscar tesoros mediante notas que encontremos en campamentos de bandidos. El mapa es enorme, siendo un 20% mayor a todo el mapeado de The Elder Scrolls V: Skyrim, componiéndose de islas, extensos océanos, terrenos montañosos, terrenos alados, etcétera. Y para explorar los diferentes continentes que conforman el mapeado tendremos a nuestra disposición a Sardinilla, el fiel caballo, bueno, los fieles caballos de Geralt, ya que le pone el mismo nombre a todos los caballos de los que dispone.
Uno de los componentes que más gustó fue el añadido del Gwyn, un sistema de batallas por cartas que prácticamente puede ser considerado un juego aparte. Y no es algo secundario, ya que cobra mucha importancia a lo largo del juego y será vital saber jugarlo si queremos conseguir jugosas recompensas.
Este análisis llega varios meses después del lanzamiento, y eso supone que el juego haya cambiado radicalmente con las numerosas actualizaciones que ha ido recibiendo, pero rebobinemos a aquel mes de mayo. La tercera entrega del brujo conseguía un exitoso lanzamiento en tiendas, pero no fue un lanzamiento perfecto, no por ventas ni nada, sino por el estado jugable del título. En consolas sufría un baile constante de frames, mientras que en PC sufrió un vistoso downgrade que enojó a numerosos usuarios. Pero no hay nada que no se pueda arreglar con actualizaciones o modificaciones, y es que la compañía polaca ha escuchado a los usuarios y ha ido mejorando notablemente el título parche tras parche; incluso lanzó numerosos DLCs gratuitos.
“Entrenar en soledad sólo sirve para perpetuar los errores”
Geralt no está solo, pues le acompaña sus queridas espadas de plata y de acero (hay más tipos de armas, como garrotes o hachas), cada una especialmente hecha para combatir a diferentes tipos de enemigos, y es que pocos enemigos no hay. Desde humanos hasta híbridos, hay de todo, y cada enemigo tendrá su propia técnica de ataque, por lo que tendremos que usar una estrategia diferente con cada una si no queremos caer en combate, ya que no podemos usar la misma estrategia con un enemigo de tierra que con uno de aire, al que tendremos que atraer al suelo con los garrotes de nuestra preciada ballesta.
Un título de este calibre debe albergar una impresionante banda sonora, y Wild Hunt no se queda atrás. La banda sonora es uno de los factores que más se hace notar en el título, con piezas absolutamente hermosas y bellas, al igual que otras más rompedoras que nos acompañarán en los momentos de máxima tensión como los combates. También cabe mencionar el doblaje, que no llega al castellano pero llega con unos perfectos subtítulos, y es que el doblaje original es de lo mejor que nos podemos encontrar en el mundillo… ¡qué vozarrón tiene Geralt!
Conclusión
Concluimos tal y como lo hace la aventura del brujo de Rivia con esta tercera entrega, una tercera entrega que eleva al sobresaliente una saga que ha estado muy presente entre los jugadores desde el lanzamiento del primer título. Wild Hunt supone el regreso de una saga excelente y la bienvenida al género a una obra maestra. Cientos de horas nos esperan con este título, título que incluso disfrutaremos si somos nuevos en el universo del brujo, aunque no lo disfrutaremos como se merece y nos perderemos algunos detalles. The Witcher 3: Wild Hunt no solo es uno de los mejores videojuegos de 2015; es uno de los mejores videojuegos de la historia.