Análisis Halo 5: Guardians
Halo es, por méritos propios, una de las sagas más importantes e influyentes de la industria. Revolucionó el género de los First Person Shooters en consola y desde entonces ha mantenido una calidad impecable entrega tras entrega. Bungie se hartó y se dirigió a crear Destiny, con lo cual Microsoft fundó un nuevo estudio, 343 Industries, para tomar el relevo y asegurar la continuidad de la saga. Tras el ligero tropezón que supuso Halo 4, afrontamos la primera aventura del Jefe Maestro en Xbox One y la exclusiva más importante de ésta para 2015; Halo 5: Guardians, título con el que 343 busca volver a enamorar a los fans más veteranos de la franquicia y al mismo tiempo introducir una buena cantidad de novedades. ¿Lo han logrado? Un mes tras el lanzamiento y después de muchas horas de juego, busco resolver esta cuestión.
Hunt the truth
En una época en que muchos shooters minimizan o directamente prescinden de su campaña individual en favor de su vertiente multijugador, Halo mantiene el enfoque con un modo de un jugador que, con sus altos y sus bajos, ha recibido una cantidad de mimo innegable. La acción sucede ocho meses después del final de las Spartan Ops de Halo 4, y se nos presenta a un nuevo equipo, Osiris, encabezado por el Spartan Locke. El Jefe Maestro, junto al Blue Team, ha desaparecido y desobedecido una orden directa de sus superiores. Por tanto, nuestra misión es perseguirle por varios planetas mientras vivimos el alzamiento de una nueva y gran amenaza para toda la galaxia. A lo largo del juego vamos alternando el control entre el equipo Osiris y el Blue Team, permitiéndonos ver ambas caras de la moneda y ofreciendo una interesante mecánica del gato y el ratón.
A estas alturas Halo es mucho más que una saga de videojuegos: su universo expandido contiene una docena de novelas y varias series y películas para aquellos fans que quieran sumergirse aún más en su interesantísimo lore. 343 Industries saca provecho de ello usando varios personajes y localizaciones que jamás habían aparecido en los juegos, haciendo las delicias de los aficionados más dedicados. El problema es que estos personajes no nos son introducidos adecuadamente, lo cual causa que aquellos que sólo jueguen a los juegos -algo totalmente respetable- se sientan un poco perdidos mientras la trama se va desarrollando. Una pequeña cinemática de dos minutos hubiese bastado para ofrecer el contexto necesario para ellos. La campaña de marketing de la obra también ha resultado algo engañosa, ya que prometía una gran confrontación entre el Jefe y Locke, y eso apenas tiene presencia en el juego. La trama y su desarrollo tiene algo dividida a la comunidad, pero en mi opinión está muy bien hilada, la dinámica entre personajes funcionan realmente bien y el giro argumental que encontramos cerca del final es algo interesantísimo que nadie esperaba. Siendo la segunda parte de la nueva trilogía, la historia termina de forma abrupta con un enorme cliffhanger, así como lo hizo Halo 2 en su día. Pero dejando una premisa tan interesante de cara a Halo 6, resulta difícil condenar la trama de Halo 5, que hace su función como un puente interesante y lleno de buenas ideas más que como capítulo independiente.
Sé un Spartan
Cuando en 2001 Halo: Combat Evolved prometió una evolución en el combate se quedó a medias. Durante toda la saga jugar como un Spartan básicamente era como jugar como cualquier humano pero con superior resistencia y fuerza. Afortunadamente, Halo 5 ha incorporado nuevas mecánicas para el movimiento que lo acercan mucho más al combate que imaginamos. Tenemos una mochila propulsora asignada al botón LB que nos permite salir disparados hacia la dirección del stick. No obstante, tiene tiempo de recarga, por lo que hay que usarla estratégicamente para triunfar. Pulsando el botón B mientras esprintamos activa la Carga Spartan, útil para destrozar elementos del escenario o hacer retroceder al enemigo. También disponemos del Ground Pound, ataque aéreo que nos permite coger desprevenidos a nuestros contrincantes. La implementación del sprint -por fortuna- es muy superior a lo que encontramos en Halo 4, aumentando el frenetismo de las partidas online.
La campaña individual se divide en 15 misiones. Por desgracia, tres de ellas tratan simplemente de andar por ciudades y hablar con personas, y sólo hay tres en las que controlamos al Jefe Maestro y al Blue Team. Afortunadamente estas misiones son bastante más largas y muy épicas, lo cual disminuye un poco el impacto. Toda la campaña se puede jugar en cooperativo online, con un máximo de cuatro jugadores, y la conexión funciona a la perfección. Un punto muy destacable es la verticalidad y densidad de escenarios: en un mismo nivel podemos jugar de muchas maneras distintas yendo por rutas alternativas y usando armas que encontremos en distintos puntos. Sigue siendo un juego lineal, por supuesto, pero lo es bastante menos que Halo 4. Hay una buena variedad de enemigos a los que enfrentarse durante nuestro viaje, pero hay un jefe al que deberemos eliminar en más ocasiones de las deseables. Tiene sentido desde el punto de vista de la trama, pero sigue siendo tedioso. Se echa en falta también una mayor presencia de los vehículos a lo largo de la campaña, aunque hay momentos geniales que los involucran. En general, es una campaña excelente en lo jugable, pero tiene algún altibajo en cuestiones de diseño. Superarla en dificultad ‘Heroica’ me llevó 9 horas y 15 minutos, en ‘Normal’ dura unas seis y en ‘Legendario’ más de 12, lo cual está en la media de la saga.
Halo para una nueva generación
Hora de hablar del apartado técnico. La mayor fortaleza de Halo 5 son unos 60 frames por segundo duros como una roca. Da igual lo que haya en pantalla, el framerate nunca cae. Es algo muy importante en el género y la verdad es que hay un mundo de diferencia entre jugar un shooter a 30fps (como Destiny) y jugar a uno a 60 (Halo 5). Por desgracia, esta fluidez ha comportado una serie de sacrificios. Uno de los más importantes es la falta de pantalla dividida, un elemento icónico de la saga que lo hubiese hecho destacar un poco más sobre la competición. El juego cuenta también con un sistema de resolución dinámica, que actúa para que la densidad de píxeles en pantalla varíe en función de la carga gráfica de la escena para garantizar que el framerate no baje de 60. Algunas texturas se presentan bastante pobres -especialmente en el multijugador- y en algunos modos los dientes de sierra cantan un poco a la vista, pero un apartado artístico estupendo, la enorme calidad de los modelados y una increíble iluminación salvan el conjunto. Tomando todos los elementos en cuenta, Halo 5 es un juego que se ve muy bien. Y se juega mejor.
El diseño sonoro es fantástico. Todas las armas suenan genial y los efectos que nos rodean son estridentes y muy claros, respetando la esencia Halo pero al mismo tiempo construyendo una sonoridad más potente y agresiva. Sublime es también la banda sonora, compuesta por Kazuma Jinnouchi, que junta temas nuevos increíblemente atmoféricos con algunas de las mejores versiones de los icónicos temas de la saga. De hecho esta banda sonora es una de las mejores de la saga, digna sucesora del trabajo de Marty O’Donnell, ex-compositor de Bungie. Las voces en versión original son increíbles también, aportando el ambiente agresivo y misterioso que el guión requería. El doblaje en español no es malo, pero recomiendo encarecidamente jugarlo en versión original, ya que la experiencia es muy superior. Sonido de 10.
Frenesí multijugadorEl multijugador es el mejor elemento de Halo 5: Guardians.
Una oferta enfocada a varios tipos de jugadores y un diseño equilibrado son las claves de su éxito. De hecho, podría decirse que el multijugador de Halo 5 es dos secuelas a la vez: Arena siendo una secuela de Halo 3 y su estilo igualado y competitivo, y Warzone siendo una secuela de Halo 4 y su fórmula alternativa. En la Arena encontramos frenéticas partidas de 4 contra 4 en mapas pequeños, donde ambos equipos se juegan el control de las power weapons, decisivas en el desarrollo de las partidas. El arsenal ha sido rebalanceado, y todas las armas son viables. Todos los jugadores reaparecen con un Rifle de Asalto y una Magnum, con lo cual los jugadores deben aprenderse todas las rutas y trucos para dominar a sus adversarios, minimizando las injusticias. La habilidad domina en Arena, es una modalidad muy competitiva, y esto se muestra con un sistema de rangos que baja cuando perdemos partidas. En lo personal es mi parte favorita del juego y en la que paso más horas, el segundo mejor multijugador de la saga en lo jugable, sólo detrás de la perfección jugable que es Halo 2.
Warzone, por su parte, propone grandes batallas de 12 contra 12 en las que también intervienen enemigos controlados por la IA. Debemos controlar varias zonas para poder atacar el núcleo del equipo enemigo, acercándose al planteamiento del género MOBA. A medida que jugamos vamos subiendo de nivel REQ, lo cual nos permite hacer aparecer vehículos y armas poderosas. El medidor recarga al mismo ritmo para todos, así que a pesar de lo bien que lo hagas será imposible abusar del sistema. El modo Warzone resulta muy divertido al jugar con amigos y favorece el juego en equipo y la coordinación a la hora de acabar con jefes o asaltar objetivos, sin el estrés que supone el ambiente competitivo de la Arena.
Halo 5 introduce también el sistema REQ, con el que obtenemos puntos tras cada partida que nos permiten comprar paquetes con skins, animaciones de asesinato, vehículos para Warzone y variantes de armas. Estos packs se pueden comprar con dinero real (microtransacciones), pero su peso se ve muy reducido ya que jugando se gana puntos muy rápidamente. Sólo se compra si se quiere; es cien por cien opcional. De lanzamiento el juego contaba con una variedad de mapas y modos algo reducida, pero en noviembre llegó Big Team Battle y en la próxima semana llegará el modo Forge. Estas actualizaciones gratuitas –no hay DLC de pago, ni pase de temporada- incluyen también mapas nuevos y nuevos elementos de personalización. De modo que el trato al jugador por parte de 343 es excelente.
Conclusión
Con todo, Halo 5: Guardians es un juego excelente, y uno de los mejores exclusivos de Xbox One. Algunos errores de diseño y sacrificios hechos pueden enfadar al fan tradicional de la saga, pero la calidad de la experiencia jugable habla por sí sola. La saga de ciencia ficción vuelve a ser uno de los mejores shooters del mercado, pero está por verse si alguna vez logrará recuperar la popularidad que una vez tuvo. Al menos sabemos que Guardians da varios pasos en la dirección correcta.