Análisis Shadows: Heretic Kingdoms

Los chicos de Games Farm nos traen la continuación de Kult: Heretic Kingdoms. Un RPG que, sin llegar a la altura de otros títulos como Diablo III o Torchlight II, consigue crearse una personalidad propia que gustará a los amantes del género.

 

Historia y Ambientación

El mundo de Shadows: Heretic Kingdoms, denominado Dreamworld, es una especie de cúmulo de dimensiones conectadas entre sí. Este equilibrio se quiebra cuando un poderoso demonio asesina a los dioses y rompe las todas conexiones entre dimensiones menos una, que conecta Dreamworld con una dimensión habitada por seres infernales. Esto provoca que Dreamworld se suma en el caos más absoluto y sea invadido por estas criaturas. Nosotros encarnaremos al Devorador, un demonio que se alimenta de almas y tiene acceso a la realidad demoníaca. Hemos sido invocados por un misterioso personaje con el propósito de librar al mundo de las criaturas malvadas y restaurar el equilibrio.

Una historia interesante que, desgraciadamente, no se desarrolla todo lo bien que debería y resulta algo confusa por momentos, sobre todo si no prestamos atención a los múltiples diálogos, que son la manera que tiene el título de desarrollar su historia. Aunque esto se compensa en parte gracias a lo atractivo de su universo.

 

Tras una breve introducción se nos dará a elegir entre tres tipos de héroe: un bárbaro, un arquero o una maga. Deberemos alternar entre el Devorador y el héroe que hayamos escogido en lo que será la mecánica más innovadora del título y de la que hablaremos más adelante.

El mundo de Dreamworld está muy bien construido, con variedad de escenarios llenos de detalles y múltiples personajes que nos irán dando información del interesante lore de su universo, así como distintos tipos de misiones secundarias con trasfondos interesantes. También podremos tomar ciertas decisiones que influirán muy ligeramente en el desarrollo de la historia.

Todo esto, eso sí, sin traducción al español, ni textos ni voces.

 

Jugabilidad

Las mecánicas básicas de Shadows no difieren de lo que podemos ver en otros grandes del género. Nos movemos con el click derecho, realizamos el ataque básico con el izquierdo, tenemos un set de cuatro habilidades (además de las pasivas) asignadas por defecto a las teclas QWER y diferentes pociones en las teclas 1234. Pero, como comentamos antes, este título posee una mecánica que lo diferencia del resto de juegos del género: podemos alternar cuando queramos entre el mundo terrenal de nuestro héroe y el mundo espiritual del Devorador. Esto nos permitirá acceder a ciertas zonas en principio inaccesibles, enfrentarnos a distintos tipos de enemigos y acceder a nuevo loot. Lo que quiere decir que si deseamos obtener todos los beneficios posibles habrá que realizar un doble barrido a todos los escenarios, uno con el Devorador en el mundo espiritual y otro con nuestros héroes en el mundo terrenal. Los escenarios están llenos de objetos con los que podemos interactuar para obtener valiosos objetos, como ingredientes para distintas recetas, accesorios, armas y armaduras. Conforme avancemos en la aventura iremos reclutando a nuevos héroes con habilidades muy diferenciadas, entre los que podemos alternar instantáneamente para realizar combos.

Otro elemento a tener en cuenta es que todos los personajes compartirán experiencia y subirán a la vez de nivel aunque, evidentemente, cada uno tendrá su propio set de habilidades que podremos maximizar a nuestro gusto; lo que nos permitirá disfrutar de varios estilos de juego en una misma partida. Además, las mazmorras están salpicadas de pequeños puzles que aportan cierta variedad y que también aprovechan la mecánica de cambio de dimensiones para su resolución.

 

El punto negativo llega con el desarrollo de los combates. Si bien las animaciones, tanto de los enemigos como de nuestros héroes, están bien conseguidas, el combate se siente tosco e inexacto, con unos ataques básicos lentos e imprecisos, cierta escasez de habilidades (cuatro habilidades activas como máximo para cada personaje) y poca variedad de enemigos. Si a esto le añadimos el hecho de que para conseguir todo lo posible tendremos que recorrer los escenarios dos veces (una en cada dimensión) obtenemos, además, un ritmo de exploración lento y repetitivo. Si bien es cierto que con el paso de las horas, conforme vayamos reclutando a más héroes, los combates se tornan algo más dinámicos y desafiantes. Finalmente, cabe mencionar el mal desarrollo de algunos elementos como el sistema de crafteo, que si bien en un principio parece complejo y útil, lo acabaremos dejando de lado ya que, en la mayoría de los casos, no nos permitirá crear objetos acordes con nuestro nivel.

Por último, destacar la gran adaptación del control al gamepad de Xbox 360, lo cual es realmente difícil en un juego de este género.

 

Gráficos y Tecnología

Técnicamente Shadows: Heretic Kingdoms roza un gran nivel: buenos modelados, una maravillosa iluminación y, sobre todo, una genial dirección artística que lo impregna todo y ayuda a dotar de belleza y credibilidad a su universo. Las animaciones de nuestras habilidades, así como los efectos de destrucción y las sangrientas muertes de algunos enemigos destacan visualmente y cumplen su propósito. Aunque también hemos encontrado pequeños fallos como un descenso de resolución en las cinemáticas, escasas opciones gráficas para configurar a nuestro gusto y errores con la sincronización vertical, que no cumple su función de eliminar el tearing.

 

 

Sonido

Mención especial a la banda sonora, de una calidad y personalidad excepcionales y con múltiples registros para cada ocasión: desde melodías épicas para las batallas a otras más calmadas que invitan a la exploración y a sumergirte en su mundo. El doblaje, disponible en inglés o alemán, alcanza un buen nivel (sobretodo en su versión inglesa). Aunque, como dijimos antes, ni los textos ni las voces están disponibles en español y además requieren de un nivel bastante alto de inglés (o del idioma que escojáis) para entenderlos completamente