Análisis Onechanbara Z2: Chaos

La serie Onechanbara es una saga que no tiene mucho reconocimiento en Europa pero que en Japón es una serie de culto y muy respetada. Su primera entrega apareció en PlayStation 2, y desde entonces hemos tenido títulos en PlayStation 3, Xbox 360, Wii o incluso PlayStation Portable, aunque ninguno de ellos tuvo mucho éxito fuera de Japón. Originalmente fue pensada como una saga de la Colección Simple Series (una línea de juegos sencillos que se vendían a 2000 yenes), y no ha sido hasta la reciente salida de la última entrega cuando la saga ha empezado a ser más conocida en Europa.

Onechanbara no es mucho más que un grupo de féminas en bikini que se unen para dar caza a hordas de muertos vivientes y salvar el mundo, y es que no busca traernos una trama demasiado compleja o un alto desarrollo de sus personajes. Si buscamos complejidad en un título como este, estamos muy equivocados.

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Que vayan en bikini no significa que estas chicas no sean peligrosas. Seremos especialistas es desmembrar enemigos y hacer que su sangre esté esparcida por todo el escenario.

Dos clanes enfrentados entre si que deben cooperar ante la amenaza

Onechanbara Z2: Chaos es la entrega más reciente de la saga y que ha aparecido en exclusiva para PlayStation 4, siendo desarrollada por Tamsoft y publicada por D3. En esta entrega el clan de los Baneful, formado por Aya y Saki, tendrán que unir sus fuerzas al clan de las Vampiric, formado por Kagura y Saaya. Ambos clanes tendrán que salvar el mundo de una invasión de muertos vivientes y criaturas demoníacas.

Podremos hacer uso de las cuatro protagonistas en este hack and slash en el que la sangre y lo grotesco será lo que sobresalga ante todo lo demás, pero antes seremos evaluados en un tutorial en el que aprenderemos a hacer uso de cada clan, y sí, cada clan tiene sus diferentes movimientos. Tendremos que leer las largas pero necesarias instrucciones en la pantalla de carga y haber completado una pequeña misión en la que las chicas se separan para poder controlar a las cuatro chicas a la vez, y es que es ahí cuando empieza la verdadera fiesta.

Podemos controlar cuando queramos a cualquiera de las cuatro protagonistas, pudiendo empezar un combo con una y cambiar de personaje y seguir con otro combo, un auténtico festival de golpes. Y es que no es recomendado siempre usar a la misma chica, ya que se cansará y vamos a recibir muchos golpes. Un marcador contará cuántos golpes hemos realizado, mientras que una barra se irá llenando de sangre para que cuando esté completa podamos hacer uso de una transformación que convertirá a la heroína que estemos controlando en una auténtica bestia, incrementando su poder y su vitalidad. Jugablemente nos va a recordar a Bayonetta, lo que dice ya de por sí que jugablemente es mucho más que correcto.

A lo largo de la partida podremos mejorar el armamento, aprender nuevos movimientos y golpes, experimentar transformaciones y conseguir nueva ropa, además de ir mejorando nuestros ataques en equipo.

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Las cuatro féminas protagonistas: Saaya, Kagura, Saki y Aya.

Rozando lo ridículo

La trama, aunque está mejor que en otras entregas, sigue siendo muy cutre y simple, no vamos a preocuparnos ni en pensar en ella, ni el propio juego lo hace. La obra de Tamsoft podría ser calificada como de erotismo, pero es que se ridiculiza tanto que a veces sentiremos incluso vergüenza ajena y entonces comprenderemos que el título tira más por el humor que por temas eróticos. Veremos escenas que rozan lo ridículo y nos costará tomarnos en serio lo que estamos viendo en pantalla.

La historia va avanzando por niveles en los que en el final de cada uno seremos evaluados según factores como la longitud de los combos, el daño recibido o el tiempo que hemos tardado en pasar dicho nivel harán que nuestra partida pueda ser afectada de manera positiva o negativa. También podemos comparar nuestros resultados con los de otros jugadores.

Las misiones se caracterizan por ser típicas del género; nos enfrentaremos a hordas de enemigos y avanzaremos por el escenario, hasta llegar al final. Tendremos misiones repartidas por todo el mundo, por ejemplo visitaremos Japón o el vasto desierto de Dubái. Todas nuestras hazañas desembocarán en una batalla final en la que tendremos que hacer frente a la amenaza demoníaca.

Hay enemigos de todo tipo, desde los típicos zombies y demonios hasta cabezas de medusas o engendros. Algunos tienen un diseño muy pésimo y la inteligencia artificial no funciona del todo bien, mientras que otros sí supondrán un auténtico peligro. Será cuando tengamos que enfrentar a los enemigos finales el momento que nos sintamos verdaderamente poderosos, y es que el diseño de algunos de estos son bastante buenos. Los combates finales se caracterizan porque no solo es repartir golpes como siempre hacemos, también tendremos que conseguir pasar una serie de Quick Time Events que incluso harán uso del panel táctil del Dualshock 4.

Cuando completemos el título por primera vez podremos acceder a una segunda partida en la que la dificultad se incrementa y desde el inicio tendremos la oportunidad de usar todas nuestras habilidades conseguidas anteriormente.

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Durante los combates finales tendremos que estar atentos a los diferentes quick time events que aparezcan en pantalla.

Litros y litros de sangre esparcidos por el suelo nos acompañarán

En temas visuales, el título, sin llegar a ser un portento gráfico, está bastante bien. Algunos enemigos y los jefes finales tienen unos modelados muy conseguidos que incluso algunos nos sorprenderán, al igual que las protagonistas del título. Los escenarios son muy sencillos pero cumplen, además de que son variados entre sí. Las animaciones de los combates son la guinda del pastel, y es que los litros y litros de sangre que haremos esparcir ayudan mucho.

Algo esencial en un hack and slash como este es que tecnológicamente cumpla y en cuestiones de rendimiento no tenga ningún problema, y para nuestro alivio, es así. Apenas he notado problemas, algún que otro par de bugs sin importancia alguna.

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El título no se corta a la hora de mostrarnos trajes que ni en nuestra sucia mente podríamos pensar.

Golpes a ritmo de buena música

A niveles sonoros el juego es impresionante. Solo os diré que mientras escribo este párrafo estoy escuchando Ichiban Wa Me, el tema principal que podemos escuchar en el opening del título. Y es que es una maravilla la banda sonora, teniendo obras muy variadas y que acompañan muy bien a la hora de repartir estopa a los enemigos. Las voces están en japonés e inglés, pudiendo elegir cualquiera de las dos para disfrutar de esta aventura. Y uno de los puntos negativos podría ser que no está traducido a nuestro idioma, no contamos con subtítulos al español. A algunos les puede molestar y a otros no, pero es que en una obra como esta en la que la historia no tiene importancia alguna y es tan sencilla, no deberíamos preocuparnos por no entender los diálogos, aunque con un nivel decente de inglés no tendremos dificultad alguna.

Conclusión

¿Es recomendable Onechanbara Z2: Chaos? Sí y no. Si buscas una obra que te haga pensar, que la trama tenga mucha importancia y en la que los personajes sufran un severo desarrollo, definitivamente este no es tu juego. Si en cambio buscas un hack and slash divertido y en donde pasarte varias horas repartiendo estopa, hazte con él. No es lo mejor del género, no vengas esperando el Devil May Cry de Hideki Kamiya, pero no es motivo para no darle una oportunidad.

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Nagato

Jugador empedernido. Amante de los juegos de ciencia-ficción y las aventuras gráficas.