Análisis Tembo the Badass elephant
La compañía Game Freak es POKÉMON, así, en letras grandes, y si pudiese ponerles luces se las pondría. Esta compañía, fundada en 1989, lleva creando casi 20 años título tras título sin descanso de esta popular saga, como para no quererlo remarcar.
Hoy os traigo un análisis de su videojuego más reciente lanzado el 21 de julio. Se trata de Pokém… digo Tembo the badass elephant, un título que se aleja del RPG al que nos tiene acostumbrados la compañía.
¿Qué tal les habrá ido creando un juego de plataformas en 2D?
Tembo, la última esperanza
Un buen día unos extraños seres (de nombre Phantom) deciden sembrar el caos y la destrucción del planeta tierra. El comandante del pelotón cacahuete -ni idea de cómo se llaman, pero todo en su base tiene forma de cacahuete, de ahí el nombre súper original-, viendo que la fuerza enemiga es muy poderosa, decide llamar a la última esperanza de la humanidad: Tembo, un soldado de 2×2 con brazos biónicos… espera. ¡NO! Se trata de un elefante.
Tembo deberá recorrer 4 mapas, con localizaciones muy diferentes (Shell City, Montañas de Greenville, Tierra Zappo y Fortaleza Phantom). Si tenemos en cuenta que hay 18 fases y cada una la podemos cumplir en 10-15 minutos, nos da como resultado algo menos de 4 horas de duración, algo más del doble si queremos conseguir todos los coleccionables.
Te elijo a ti Tembo: ataque embestida
¿Cómo se las arreglará un elefante cuasi redondo y paticorto para derrotar a los Phantom? Mejor aún: ¿cómo te las arreglarás tú? Porque el juego, dejando las cosas claras, sencillo no es. Algunas fases están pensadas para gastar vidas y vidas, y los jefes enemigos son estúpidamente pesados. Tendrás que repetir unas 6-7 veces la misma tónica de ataque, solo que esquivando los numerosos misiles que el enemigo irá soltando. Tembo cuenta con una serie de movimientos para avanzar en la aventura: salto, ataque embestida, golpe hacia arriba con la trompa, culetazo que destroza lo que haya por debajo suyo, ataque bajo deslizándose y el lanzar agua por la trompa. La gracia y la dificultad del juego están en combinar algunos de estos movimientos correctamente.
Desde el primer minuto del juego lo tendremos todo desbloqueado, por lo que para hacernos las cosas más difíciles se recurre a multiplicar el número y características de los enemigos y diversificar el camino principal, el mapa está genialmente creado, y casi nunca sabes si estás yendo por el camino principal o por uno secundario. Puede parecer aburrido, pero es tremendamente adictivo ver cómo destrozamos todo a nuestro paso y el conseguir todos los items disponibles en las fases.
Un mundo cacahuete
Tembo the badass elephant es un plataformas en 2D, pero la mayoría de sus fondos están realizados en 3D, al igual que algunos elementos interactivos y destructibles. Podría resultar raro el contrastes, pero ambos modelados están tratados con una estética muy pronunciada de dibujos animados, lo que hace que le sienta realmente bien.
El mundo que han creado los chicos de Game Freak es una locura, quizá por esto sea tan endiabladamente divertido jugar. La vida de Tembo se representa con una barrita, que se llena al recolectar cacahuetes y hacer crema de cacahuete, lógico, es un elefante, le encantan los cacahuetes -debió de pesar el estudio-. Los rehenes que rescatemos, uno de los dos ítems de cada fase, se suben a la chepa del elefante, sin importarles que Tembo salte, ruede o ataque. Las acciones de romper o correr llevan consigo una onomatopeya que recoge el sonido que deberían hacer; Saltar y flotar en el aire, si lo puede hacer Mario, ¿por qué un elefante no? En general el juego rebosa humor por los 4 costados.
Lo mismo de siempre, pero diferente
Tembo es un videojuego con una jugabilidad de la vieja escuela (no añade nada nuevo) con avance en scroll horizontal. Entonces, ¿qué lo hace tan divertido?
Por un lado tenemos el diseño de los mapas, uno de los aspectos más potentes del juego. Nos dan diversos caminos por los que avanzar, porque siempre hay un camino principal y diversos secundarios para conseguir ítems. Además le tenemos que añadir el frenetismo que desprenden todos los mapas: continuos desniveles, secretos, saltos imposibles, caídas vertiginosas…
Si al frenetismo de los mapas le añadimos los enemigos, muy estratégicamente colocados, el juego no da ni un segundo de respiro al jugador. Esto hace que se muera muy fácilmente, pero también que se intente buscar una manera más sencilla y práctica de acabar con los enemigos.
Ya lo he citado anteriormente, pero el apartado estético del juego con ese estilo cartoon hace que entre muy bien por los ojos, con lo que te hace continuar jugándolo a pesar de sufrir una y otra vez en sus fases.