Análisis Seabeard

Seabeard

Hablar de Seabeard es hablar directamente de un videojuego de Nintendo que cosechó y cosecha mucho éxito.

Allá por el 2001, Nintendo publicó un videojuego, el cual ellos mismos catalogaron como una simulación de vida: se trataba de un videojuego muy pausado, sin grandes alardes en sus mecánicas jugables, cuyo mundo creado sería único e iría acorde con la personalidad del jugador. Este arriesgado título fue muy bien acogido tanto por la prensa como por los jugadores, haciendo que Nintendo publicase a lo largo de los años otros 3 títulos más de la saga: se trata de Animal Crossing.

Hecha esta breve introducción, pasemos al análisis de Seabeard.

 

Un amplio mundo a tu disposición

Seabeard es un juego gratuito de aventuras desarrollado por Backflip Studios en el que tendremos que construir y mejorar nuestra propia isla (ahí es nada) y hacer que comerciantes y ciudadanos decidan vivir en ella. Para ello tendremos que crear comercios en los que vender los recursos que consigamos, construir casas en las que vivan los ciudadanos de nuestra isla, realizar misiones para conseguir dinero y poder mejorar más los comercios o ampliaciones de la isla…todo ello dará reputación a la isla, lo que desembocará en una mayor cantidad de ciudadanos que quieran vivir en ella.

Al empezar la historia nos encontramos con Rodolfo Cuentacuentos, quien nos pone la difícil tarea de reconstruir la isla, a la cual daremos daremos un nombre.

Seabeard

Además de la nuestra, hay 5 islas disponibles desde el inicio de la aventura

Esta isla no es la única en Seabeard, pues otras 5 islas están  disponibles  desde el inicio de la aventura, cada una con su  peculiaridad: Granja Vaca nos permite obtener leche, huevos o  crear pinturas e  ingredientes para  elaborar comidas; Aldea  Larona es la isla con más  población, con ayuntamiento y  mucha gente que nos ofrece  misiones; Mina Dorado está  llena  de cuevas por explorar con su preciado botín si conseguimos  llegar al final de ellas. Destacar que, según avancemos en la aventura, iremos desbloqueando más islas.

Para desplazarte de isla en isla nuestro personaje lo hará en un  pequeño barco con un gran cañón para derrotar enemigos (a lo Zelda: Wind Walker). Podremos viajar de manera rápida (un zeppelin nos llevará directamente a la isla seleccionada) o cumpliendo una serie de minijuegos, que van desde acabar con enemigos, competiciones de rapidez, dar de comer a algunos animales marinos o esquivar minas. Si optamos por esta última opción para transportarnos podremos obtener jugosas recompensas que intercambiar o vender y así seguir ampliando nuestra isla.

También puedes invitar  a amigos (o ser invitado) para que echen un ojo a tu isla. Este componente social es muy bien recibido y fomenta que constantemente se quiera tener más habitantes, objetos de adorno y reputación que tus amigos (a lo ‘yo soy mejor que tu’).

 

A tu ritmo, sin prisas

Seabeard deja al jugador una cierta libertad en todo momento: cada jugador puede decidir si cumplir las misiones principales (marcadas en verde), visitar las otras islas y obtener los recursos que se nos brinda para venderlos posteriormente, ayudar al resto de habitantes, dedicar recursos y tiempo a aprender a cocinar o ser un manitas de la construcción, pescar, descubrir cuevas…

Como veis la lista de cosas en las que entretenerse en Seabeard es bastante amplia. Si es cierto que para poder mejorar nuestra isla necesitamos cumplir las misiones principales, pero el jugador ni se siente atado a ellas ni son necesarias (en gran medida) para pasar un buen rato en este juego.

 

Ayuda y serás ayudado

La base para poder avanzar en Seabeard es la ayuda.  Según visitemos las islas veremos a ciudadanos que la solicitan y, como héroe de la aventura, nos toca amarrarnos el pantalón y ponernos manos en obra : si les ayudamos nos recompensarán o bien con dinero o con perlas (que sirven para comprar artículos decorativos o aumentar la capacidad de nuestro inventario). Ayuda y serás ayudado con recursos.

A decir verdad nuestro personaje no tiene ninguna meta propia en el juego: todo lo que hace es ayudar y cumplir los deseos de la gente de alrededor. Esto hace que nuestro personaje carezca de carisma (ni siquiera habla), pero es muy querido por todos y, ya de paso, el juego da una importante lección: a veces para evolucionar personalmente es necesario mirar a lo que nos rodea e implicarte en ello.

Seabeard

En Seabeard la unión hace la fuerza

No estaremos solos en la aventura de ayudar a la gente. Como si se tratase del popular manga One Piece, nuestros nakamas o compañeros en la tripulación juegan un papel fundamental en nuestra historia. Cuanto más avancemos en la aventura y más población y casas tenga nuestra isla, se nos irán uniendo compañeros que nos ayudarán en todo momento, ya sea para pescar o luchar, lo cual viene de perlas para aumentar nuestros ingresos y continuar con la dura, lenta pero muy agradecida tarea de mejorar la isla.

 

Apartado visual y jugable

Seabeard se ve y se mueve estupendamente bien, incluso en pantallas pequeñas o móviles de gama baja. Su mundo es muy colorido y todos sus colores (incluso los oscuros) son agradables, los cuales van en sintonía con lo que se nos quiere transmitir: relájate y disfruta tranquilamente con el juego.

Si al principio hablaba de Animal Crossing, aquí es donde lo traigo a coalición: en Seabeard los personajes derrochan ternura y simpatía, lo mismo que en la popular saga de Nintendo. Visualmente son muy parecidos y eso es algo que no esconde Seabeard.

Todo se ve y se mueve en pantalla muy bien

Todo se ve y se mueve en pantalla estupendamente bien

Todo se basa en dos sencillas acciones: pulsar y en alguna ocasión arrastrar, y las dos funcionan a la maravilla. En este aspecto jugable hay que traer a coalición dos grandes joyas de Nintendo: Zelda Wind Walker y la  otra, de nuevo, es Animal Crossing. Con respecto a Wind Walker tenemos la navegación y la posibilidad de ir evolucionando el barco y la exploración de cuevas: el juego bebe de ello y le sienta fenomenal. Con Animal Crossing va todo lo demás: desde el modo de conversar (nuestro personaje nunca dice nada), la construcción, la cantidad de decoración que tenemos a nuestra mano…incluso el movimiento del personaje es puro Animal Crossing.

 

Seabeard se encuentra disponible en iOS, Android y Windows Phone de manera gratuita.

 

Cristian Sánchez

Apasionado jugón desde la infancia. Amante del rock y el metal. Adicto a los buenos libros y a escribir.